Hoy es el primer día del comienzo, hoy retiro tus cosas después de casi 3 años y hoy puedo decir que ya te he olvidado...
Al menos eso es lo que me gustaría decir pero no puedo. Hoy después de tantos días, de tantos meses, y años geniales, me doy cuenta de que aún pienso en ti. No pienso como solía hacer. Ya no te pienso de ese modo... pero aun te extraño, aún espero que me abraces y me digas que todo esta bien.
Quizás estas palabras solo sean pensamientos que nunca acaben en nada, y que nunca llegaras a leer, pero quiero que sepas que empecé el blog únicamente por ti, para que tuvieras algo que perdurase a lo largo del tiempo, ya que parece que todo muere con el paso de los inviernos.
Hoy en día parece que este es el sitio más seguro para poder escribirte, es mi única manera para hablarte. Sin perjuicios, sin conocidos que cuestionen todo lo que escribo, sin risas que se burlen de mis pensamientos o sin cotillas que me pregunten constantemente por mis publicaciones y comentarios. Quiero que sepas que únicamente escribo para desahogarme, para sacar todo lo que siento hacia fuera y al menos poder sentir que compartiéndolo pesa menos. Porque yo ya sufro mi condena todos los días. Una condena que pesa tanto que acaba por doler. ¡Si! realmente duele. Estoy pagando por mis pecados, ¿ y tú que haces a cambio?. Todas las acciones conllevan consecuencias que con el paso del tiempo se convierten en recuerdos que nunca llegan ni llegaran ni podrán borrarse por mucho que lo intentemos y aún negándonos a nosotros mismos, repitiendo a gritos que ya no existen, que esos recuerdos ya murieron, SIEMPRE acabaran apareciendo una y otra vez, una y otra vez.
Tú me juraste bajo las estrellas que siempre tendría tu amistad, pero parece que has querido olvidarlo, a pesar de que sabes que yo no salgo de tu mente. Como tu no sales de la mía.
